En el ámbito de las redes sociales, las principales
dicotomías surgen entre lo privado como opuesto a lo público y lo personal como
contrario de lo profesional. Sin embargo, con los dispositivos móviles y el
hábito cada vez más desarrollado de exhibir parte de nuestra vida diaria en las
redes, estos conceptos se interrelacionan y a menudo tienden a confundirse
entre sí.
Lo privado es distinto de lo personal. Pueden coincidir,
pero no son sinónimos. Privado debería ser todo aquello que queremos dejar en
el ámbito más íntimo. Privado no es compartir en Facebook con un grupo muy
próximo ni publicar una foto en Instagram para nuestros seguidores. Privado
debe ser aquello que nunca debe salir de nuestro entorno más cercano, aquello
que no llega a una red social, que no es publicado ni compartido por ningún
canal por mucho halo de intimidad que ofrezca, como pueda ser una foto distribuida
por WhatsApp.
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